Veo, desde mi sitio,
como una toronja se esconde detrás de unas montañas.
Y me despedaza no estar con vos,
para jugar con ella chibiri-cuarta.
Te esconderías conmigo,
porque ya casi será oscuro,
y me volveré invisible,
como un minero...
Y fumaré un cigarro,
y extrañaré tu voz sexual
inorcizando nuestro poema...
Seremos mortales todos estos días,
necios y celosos, solo porque sí.
Solo porque tal vez nos enamoramos,
porque tal vez no nos importa.
Y desgranaremos nuestra "carne" horas enteras,
pero nuestras miradas, por siempre...
Es que es totalmente obvio,
tengo el cerebro lleno de vos.
No sería extraño terminar con un tumor cerebral,
lleno de vos también...
Te amo sin esperanzas...
porque, Qué me queda?
Porque entramos en un sueño un día
y lo negamos casi todo.
Pero Quién negará a nuestras sombras denudas?
A los vestigios de nuestros huesos,
refundidos,
en la capa orgasmozoica?
Somos animales del trópico urbano,
mi boca y mi nariz humean.
Pero tú...
Tú sabés a lluvia de Mayo.
Sos lluvia blanca y castaña,
que toma la forma de mis manos,
que luego... A cada caricia...
mi piel absorbe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario